miércoles, 2 de octubre de 2013

La Educación Infantil en Irlanda

Sé que este tema probablemente no llame tanto la atención como cualquier otro que pueda escribir sobre las curiosidades y anécdotas de mi viaje a Límerick, pero ayer estuve en una escuela infantil y me parecía interesante contar mi experiencia.
Partimos de la base de que aquí la mayoría de las escuelas infantiles siguen la metodología Montessori, es decir, el aprendizaje a través de la experimentación y la manipulación de diversos materiales adecuados a cada edad.
Pues bien, nada mas entrar en la escuela, ya podría haber contado un sin fin de diferencias, pero por empezar por algún lado hablaremos del horario. Las escuelas infantiles aquí comienzan su rutina a las 9.30 y terminan, ni más ni menos, a las 12.30. Sí, sólo tres horas de trabajo. Al hablarlo con la maestra responsable y explicarle la diferencia con respecto al horario español se sorprendió y me dijo "¿Eso son muchas horas para los niños, no?", y cuando le conté que comían allí y que dormían también, la mujer se quedó ojiplática, ya que allí sólo les dan un pequeño almuerzo a las 11 compuesto por lo que cada padre haya tenido a bien traerle al niño.
Otra diferencia es que sólo hay una maestra con un grupo reducido de niños, no más de 12, con edades comprendidas entre los 2 y los 5 años, en un aula del tamaño similar a cualquiera de nuestros salones en España.
Pero la diferencia mas notable es la metodología que siguen en el aula según los principios de María Montessori, combinando el juego libre con el trabajo con los materiales propuestos por esta buena señora para mejorar habilidades motrices como la motricidad fina y capacidades cognitivas como las cantidades, los colores, la métrica y el conteo. Algunas de estas actividades consisten en verter agua de un recipiente a otro, enrollar un trapo, hacer puzles o pasar guisantes de un cuenco a otro con unas pinzas semejantes a las de depilar, pero de plástico. Después realizan otro tipo de actividades educativas dependiendo de lo que se esté trabajando. Ayer, por ejemplo, plantaron un bulbo para ver la asombrosa transformación hasta convertirse en flor.
Cada niño podía elegir entre cualquiera de los materiales Montessori según sus preferencias y la maestra sugería alguno en especial a aquellos que poseían mas dificultades para determinadas tareas.
Tras ver a los niños realizar estas actividades me percaté de varias cosas: la gran habilidad sorprendente que demuestran desde tan pequeños para realizar tareas tan complejas como cambiar un guisante de cuenco a cuenco con unas pinzas, el nivel de autonomía de los niños, tanto para coger las bandejas con las jarras de los líquidos sin derramar ni una gota, como para ir al baño, y lo que disfrutan con ello a la vez que aprenden.
Por otro lado, aquí la maestra no cambia pañales, no ayuda en el aseo y no muestra afecto hacia los niños con besos o abrazos, lo cual no se si es parte de la filosofía Montessori o depende solo de la cultura de este país de "no te doy dos besos porque soy así de rancio/a".
Así, queda clara la diferencia de educación española, donde "guardamos" y educamos a los niños, y la irlandesa donde educan pero sin besos ni achuchones, lo cual no me terminó de convencer.
Finalmente, tras la experiencia de ayer, puedo decir que con respecto a materiales y metodología esto me resulta mas educativo y gratificante para el niño, que aprende a la vez que se divierte apenas sin advertirlo. Pero... hay que comerselos a besos de vez en cuando coñe!!









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